Lamentablemente, es importante estar preparados para situaciones difíciles como la pérdida de un ser querido, especialmente si eran pensionistas.
A continuación resumimos los pasos clave a seguir en caso de fallecimiento de un familiar jubilado:
- Recopilación documental.
Reúna todos los documentos relevantes, como certificado de defunción, documentos de identificación del fallecido y cualquier documento legal relacionado con la jubilación.
- Notificar el fallecimiento a la entidad gestora de la pensión.
La normativa obliga al pensionista a comunicar al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) las variaciones tanto de índole económico, como cambio de datos o cambio de la situación familiar. De este modo, los familiares deben comunicar obligatoriamente la defunción del pensionista en el plazo de 30 días hábiles, a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social o en cualquiera de los Centros de Atención e información de la Seguridad Social (CAISS). La omisión de esta obligación puede ser motivo de infracción.
- Revisar los beneficios de supervivencia.
La defunción de un familiar que fuera beneficiario de una pensión puede generar el derecho a cobrar otras pensiones, como la pensión de viudedad u orfandad, también denominadas prestaciones por muerte y supervivencia, que surgen con el deceso del primero.
Otra prestación a la que puede tener derecho es la de auxilio por defunción. Se trata de una ayuda que consiste en un pago único (46,50€) para hacer frente a parte de los gastos que supone un sepelio y que podrá solicitarse hasta 5 años después del fallecimiento.
En momentos delicados es importante buscar apoyo emocional y profesional para hacer frente a estos trámites administrativos de manera adecuada.
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